Células Anticapitalistas Laideti

No es concebible, (para nosotros) en esta etapa imperialista-mundializadora, proponer una alternativa de "liberación nacional" en el marco que nos entrega, de manera hipnotizante, la concepción nacional-chauvinista imperante en nuestra cultura. Es por ello que concebimos la lucha contra el sistema como una búsqueda de carácter regional y continental que promueva la unidad de intereses clasistas por encima de los nacionales.

jueves, 16 de agosto de 2012

LOS 10 MANDAMIENTOS QUE IMPONE EL SISTEMA




1.      Amarás a este Sistema por sobre todas las cosas
Esto desglósese en :  Amarás trabajar, mínimamente, 8 horas diarias para volver a retomar tu vida luego de enriquecer a terceros con el pulcro sudor de tu frente.
Por esto también amarás ser explotado y expoliado.
Amarás saber que tus hijos crecen sin padres, porque trabajarás y trabajarás para que solo te alcance para servirles dos platos diarios de comida, si tienes suerte.
Amarás  regatear en las ferias,  pedir préstamos y tarjetas de crédito, para poder pagar las cuotas del consumo necesario diario; todas esas que el sistema, tu dios, te plantea. Amarás pagar cada elemento necesario para la supervivencia,  que la tierra brinda,  y el sistema administra: el alimento de tus hijos y el tuyo propio; el agua;  la energía; el transporte; tu salud y la de tus hijos.
Amarás  todos los decretos que el sistema imponga,  de forma masiva e insistente, en temas económicos, sociales, políticos.  También  acatarás sus definiciones de felicidad,  de amor, de libertad y lo harás gozoso,  porque te harán sentir que no eres un esclavo sino libre y feliz.
Los acatarás, los repetirás y vocearás  como un padre nuestro; como una autoflagelación que te recordará sumisión y adormecerá tu razón y tu conciencia.

2.     No tomarás el nombre del Sistema en vano
Cuando hables de sus reglas, sus mandamientos, sus prepotencias y sus estatutos lo harás con plena concepción de formar parte de El; oveja que acata, aplaude y obedece.
No osarás criticar sus imposiciones y/o rebatirlas;  pondrás todos tus esfuerzos en no pensar por ti mismo porque el Sistema, sabiamente, piensa por ti.
No intentarás salirte de Él, por tu bien; porque Él te aplastaría de un soplo, por insurrecto ser pensante.

3.      Santificarás las fiestas del Sistema
Celebrarás cada día santo cumpliendo cada una de sus reglas de festejo consumista.
En navidad olvidarás tu infelicidad y la de tus hijos; comprarás a crédito los elementos del festejo ritual para ti y tu familia. Tendrás presente sonreir y levantarás la copa y brindarás por tu felicidad y, por sobre todo, la de el Sistema.
En fin de año suspirarás complacido por el término de un año más y creerás, enérgicamente, que el siguiente será distinto; apostarás a trabajar más horas diarias, postergando más vida diaria para poder tener un “mejor año” durante el cual puedas comer mejor tú y tus hijos y, quizá, darle a ellos la oportunidad de estudiar y prepararse para, al igual que tú, trabajar más y más para poder subsistir dentro de Él; para poder tener un techo donde resguardarse, para comer diariamente y a la noche, cansado de enriquecer arcas ajenas, darles un beso en la frente mientras duermen,  luego de un día de horfandad y pocos juegos.
En los patrios feriados alabarás a quienes, en otras épocas, pelearon contra el Sistema  pero solo para darles las gracias por este día santo de descanso.
No oses tomar su ejemplo;  el Sistema ya se ha hecho cargo de ellos;  también ha escrito una historia que tus hijos aprenden en la escuela; les ha levantado monumentos que tú has contribuido a realizar con tus impuestos y, de esta historia, te ha quedado este día de libertad horaria; santifícala.

4.     Honrarás a tu padre y a tu madre (Capitalismo & Indiferencia)

Tu Padre Capitalismo deberá ser honrado, de forma sistemática y consecuente, con una inercia de sumisión intacta que te mecerá en una cuna de consumismo masivo que te impulsará cada día a trabajar más y vivir menos, para tener más y disfrutar menos.
Tu Madre Indiferencia te mantendrá intacto de coherencia y de conciencia, libre de culpas y miedos, de rebelión, inconformismo y de un cambio real. Sus suaves manos, teñidas de sangre, te vendarán los ojos dulcemente y, cuando abras tu boca para gritar, sus pechos henchidos, de egoísmo sumiso, taparán tu boca y te llenarán el estómago  por unos minutos, hasta que vuelva a anudarse tu garganta y retornes a su seno siempre listo.
Si, pese a todo, tuvieras cargos de conciencia,  y esta conciencia impune osara acosarte en las noches,  tu Padre Capitalismo te venderá, en módicas cuotas, pastillas que te harán dormir por las noches y sonreír durante el día.

5.     No Matarás
Tu no matarás;  no tienes ese derecho y es un mandamiento a obedecer;  de lo contrario te atendrás a las consecuencias. Incluída tu muerte.
Pero eso sí, debes festejar las matanzas del Sistema; debes darle las gracias y comprenderlas todas ellas; las de los niños asesinados de hambre e indiferencia; las bombas lanzadas en nombre de Él para librarte de quienes piensan o tienen bienes que Él reclama para alimentarse y alimentarte. Las verás como has aprendido, como tan solo un número estadístico en un mundo tan pero tan grande, las de los matados para cerrar su boca, los que osaron querer abrir tus ojos y sacarte de El; las de los matados por enfermedad y carencia de esa salud que Él administra para sus hijos dilectos; no para todos.
Festejarás, asimismo, la muerte de los bien matados por el bien común;  las de quienes resistieron y dijeron ¡no!; a estos los llamarás terroristas y sostendrás que atentaron contra ti y no contra Él;  le darás las gracias a tu Padre por quitarlos del medio  mediante cárcel, tortura, balas o muerte.
De esos terroristas jamás conocerás sus razones y todo lo que digan o hagan serán difamaciones y actos impíos. Te abstendrás de indagar porque de lo contrario pasarás a ser uno de ellos y serás expulsado del seno protector de tus Padres.

6.     No cometerás actos impuros
En primer lugar debes recordar que es el Sistema quien define lo impuro.
Te atendrás a fornicar bajo las reglas, posturas y marcos que el imponga; esto dependerá, claro está, de tu ubicación geográfica, tu religión, tu cultura. El, magnánimo y coherente, define diferentes estatutos para cada ocasión y lugar.
Te atendrás a toda ley regional, estatal, nacional y mundial. Cada equis años gozarrás del privilegio electoral; de elegir representantes legales que lo representarán a El y le obedecerán a El. Tu los votarás y, mes tras mes, pagarás su salario; uno que les permitirá vivir, viajar, criar a sus hijos, educarlos y recrearlos como tú no puedes con los tuyos.
Adoptarás comportamientos de relacionamiento social tal y como El los ha impuesto en cada sociedad preestablecida.


7.      No robarás
En primer lugar, como ley primordial y sacrosanta, al Sistema.
Léase esto: no dejarás de pagar cada impuesto, cuenta, préstamo, de esos que el Sistema dice que necesitarás para subsistir dentro de Él.
En cada uno de esos restos llamados aumento, a partir de los cuales debes quitar y resar elementos básicos de tu canasta familiar, pensarás: es el precio por estar bajo su protección Divina ; acato, obedezco, agradezco.
En segundo lugar a sus consentidos.
No osarás envidiar, mucho menos desear, y menos que menos cuestionar las opulencias y riquezas ajenas.
Norobar nada de qiuen tiene de sobra; del que ostenta,  porque deberás entender y aceptar que todos esos lujos son producto del trabajo dentro y para el Sistema.
Alábalo y esfuérzate con más y más duro trabajo.

8.     No dirás falso testimonio ni mentirás
Jamás pensarás o hablarás en contra de Él y de lo que te ha eimpuestoo.
Porque todo lo de fuera es contrario y falso; debes saber que si no estás con el Sistema estarás en su contra. Los traidores pagan con muerte la mentira y su traición; serás expulsado de su paraíso y estarás solo; ya no con sus favores capitalistas de felicidad en cuentagotas.
Tampoco mentirás ni te quejarás en su contra; no reclamarás, no argumentarás en función de porcentajes estadísticos de riqueza mundial;  ni compararás entre tú y ellos,  ni entre posibilidades, entre beneficios, ni hablarás de injusticias;  esto es mentira y tú no mentirás.

9.     No consentirás pensamientos ni deseos impuros
Y esto viene de a dos partes;  dada la importancia del mandamiento.
En el sexto no harás actos impuros.
En el noveno se establece como diferencia importante,  que no tienes derecho a tener tus propios pensamientos; es más, ni siquiera a concebirlos.
Porque en el pensamiento nace todo cambio, toda insurrección,  todo planteo y replanteo.
Por eso ellos ni siquiera deben ser concebidos;  prográmate para no pensar;  para no debatir,  para no discutir,  para no buscar cambios ni salidas, ni igualdades y mucho menos denunciar injusticias.
Cuando veas que una pizca de libre pensamiento asoma, abórtala sin miramientos.
Porque es un mandamiento de primordial del Sistema.

10.  No codiciarás los bienes ajenos
Resulta importantísimo no codiciar lo que los demás tienen y que tú careces.
Llámese bienes a: cosas materiales, educación paga y buena, cultura, salud, tiempo libre y otras cosas.
Si tu codicias, acto seguido vendrán preguntas a revolucionar tu mente adormecida;  vendrán a tu cabeza palabras como: igualdad, injusticia, ultrajo, capitalismo, dominio,  explotación, expoliación, extractivismo.
Y pasarías así estar pecando y faltando ya a varios mandamientos mencionados.
Por tanto, cuando pases por restaurantes, con tus hijos y ellos pidan merecer lo mismo que otros, enséñales desde pequeños a no codiciar.
Cuando pretendan acceder, ya de adolescentes, a educación de calidad y no puedas dársela, repíteles: no codicien.
 Cuando sufran tus hijos, o tú mismo, o alguien cercano una enfermedad mortal y agónica, y no puedas operarle o darle los medicamentos necesarios para que sobreviva y viva, o perciba un nivel mínimo de calidad de vida necesaria,  enséñale en sus últimas horas de vida, mientras te despides de él para siempre, a que no codicie; es un mandamiento, y si no lo cumple, se irá al infierno.


Leticia Breijo





           

lunes, 13 de agosto de 2012

¿Por qué Células Anticapitalistas Laideti?


Empecemos por el comienzo; somos anticapitalistas porque no creemos en este sistema ni lo que ello implica en todos sus aspectos. Al sistema no se lo mejora; no se lo humaniza; no se lo hace sustentable.
Desde ahí nos definimos; no creemos que decir “de izquierda”, en esta fase, signifique algo. Hay quienes se dicen de izquierda y entregan todo al capital y al imperio. No nos definimos ni como anarquistas, ni como marxistas ni como humanistas; en cada una de estas familias, con hechos contradictorios, existen quienes niegan lo que pretenden ser. También existen algunos que son coherentes con su pensamiento. No nos definimos más que anticapitalistas y estamos contra el sistema y por una sociedad donde no haya explotados ni expoliados. Somos parte de los explotados y expoliados.
Somos agrupamientos organizados en células y acordamos en torno a una estrategia y con tácticas autónomas; no creemos en unanimidades pero creemos que sin un mínimo de cohesión y disciplina no se puede derrotar al sistema.
Elegimos el nombre Laideti por una razón vinculada a la memoria de quienes habitaban esta tierra antes del primer saqueo, el primer genocidio que sufrimos en esta región del continente. Laideti es un arma pero también una luz en el cielo. No pretendemos iluminar pero sí aportar a ver con claridad ciertas cuestiones. En cuanto al arma, solo podemos expresar que los pueblos tienen derecho a sublevarse; desde su conciencia a los hechos concretos hay un camino largo y dificultoso pero la historia señala que por los caminos recorridos dentro del sistema no se acaba con las causas que nos atan a esta suerte de esclavitud difusa pero cierta.
Poco más que decir.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Llamamiento

Uruguay: ¿Se puede ser antimperialista sin comprender (y en consecuencia actuar) que el capitalismo es, por su esencia, una formación económica sustentada en relaciones de producción que, simultáneamente, generan la riqueza más opulenta para unos pocos y la miseria más extrema para millones? ¿Se puede hablar de cambios cuando, al mismo tiempo, se concilia con la clase dominante desde el gobierno entreguista pro imperialista? Quienes analizamos y actuamos desde posiciones clasistas conocemos la respuesta y comprendemos que, en la necesaria acción de delimitación de campos, aparecen cuestiones tácticas que articularán la futura estrategia de combate contra el imperio, el capital, el Estado y los personeros encaramados en sus direcciones.

LAIDETI


Para los charrúas, como para todos los pueblos de pampa, pradera y serranía, el Cielo nocturno con sus constelaciones estaba poblado de memorias y profecías.
Las estrellas que llamamos “Tres Marías” eran para ellos el signo de una historia aún inconclusa. Según esta historia, los tres astros alineados son las piedras pulidas que componen un arma arrojadiza: un boleadora “de tres” que había levantado vuelo.
Lai Detí llamaban a esta constelación. El nombre proviene de “lai”(bola arrojadiza) y “detí”(tres,en su numeración).Pero de sus relatos no queda claro si las estrellas son las boleadora que sigue volando aún y deslazándose de forma imperceptible para nosotros, o su recuerdo, o su preanuncio.¡Son tan diferentes los tiempos del Cielo!
La leyenda

Dicen que en tiempos de Magalona y Yandinoca un joven guerrero charrúa llamado Huatí estaba como embrujado por el amor de una muchacha de una comunidad vecina.
El nombre de la muchacha era Ukái.
Ukái le dijo a Huatí que antes de casarse con ella debía traerle el Arco iris.
Todos sabían que el Arco iris anuncia la pureza de las aguas que están al pie de su arco y que alcanzándole se obtiene la eterna felicidad; pero eso es casi imposible.
Ukaí pensaba que sólo el amor extraordinario de un joven como Huatí podía llegar hasta el Arco iris, y en realidad el pedido que le hizo no fue un rechazo a su pasión sino una solicitud casi ingenua de rodear su afecto ya correspondido por un ámbito de felicidad para todos los suyos.
Huatí planeó dos viajes.
En el primero fue a pedir apoyo a los espíritus, ayunando en lo alto de un cerro ritual para encontrar compañeros espirituales de viaje. No descendió hasta saber en qué sueños, en qué animales o fenómenos naturales se incorporarían estos compañeros invisibles para darle mensajes.
Después partió en su segundo viaje advirtiendo que empezaba la estación de las lluvias, que es la favorita para que el Arco iris enseñe en lontananza su esquivo pie. Al cuarto día lo alcanzaron las lluvias y sólo al quinto día apareció el primer Arco iris.
Era un Arco iris que aparecía y desaparecía, borroso y desdibujado, pero Arco iris al fin.
Nadie corre como el charrúa, y ningún charrúa corría como Huatí,y nunca Huatí corrió tanto como aquella vez. Llegó a tierras desconocidas pero el Arco iris estaba tan lejos como al principio.
No es corriendo pensaba angustiado; no es corriendo. Entonces, ¿cómo?.
En sueños le dijeron los espíritus que no se alejara más, que emprendiera el regreso. Que el Arco iris está igualmente lejano e igualmente cercano en cualquier dirección en la Huatí avanzara.
Volviendo a la aldea caminó bajo la lluvia y entonces apareció un Arco iris intenso, de una luminosidad extraordinaria.
Pero ahora no corrió. Hizo girar el ladetí sobre su cabeza.
Las tres bolas de piedra, de perfecta esfericidad, silbaron como víbora amenazante y salieron despedidas, gozosas por el aire, buscando el Arco luminoso.
Todos saben que cuando se arroja un una boleadora ésta no se desplaza en forma directa hacia el animal que busca atrapar sino que realiza un vuelo parabólico. Se eleva primero, siempre girando, y luego la curva de su trayectoria regresa al suelo mientras su sombra sobre el pasto describe un viaje perfectamente rectilíneo.
Por eso la boleadora necesita de pradera, donde el ñandú que huye o el potro que escapa, corren por trillos que son también rectilíneos, permitiendo prever dónde estarán, cuando la ladetí los alcance; cuando seguramente los alcance.
Huatí lanzó su boleadora hacia lo alto y entonces, por un raro hechizo, quedó hecho estatua de piedra. Allá a lo lejos, donde estaba Ukái, la aldea entera quedó paralizada en el tiempo y hecha piedra también. En cambio la boleadora se elevó, girando hacia el cielo azul, y aunque su vuelo se enlenteció, siguió elevándose.
Llegó la noche, una noche hermosa y despejada, y las piedras de las boleadoras se alinearon como puntos luminosos entre las otras estrellas. Algunos las llaman Las Tres Marías, otros pueblos las llamaron “El cinturón de Orión”.
La boleadora de Huatí continúa su viaje cósmico, pero los tiempos del Cielo son diferentes, y sus piedras parecen fijas, con eterna quietud.
Sólo parecen fijas. Los ancianos insisten en que toda quietud es ilusión.
Pasaron los años para los pájaros y para las plantas. Las siluetas de la comunidad hecha grupo de piedra fueron conformando suaves serranías; ahora son un lomerío pequeño y pedregoso que permite adivinar todavía la forma de los ranchos, la gente sentada o de pie, los niños jugando, todos paralizados allí donde los sorprendió el hechizo.
Podemos adivinar sus formas dormidas; sólo hace falta que sea de noche y reparemos en las irregularidades del lomerío y no en los colores de los macachines y los arbustos criollos que las recubren.
La silueta solitaria de Huatí, muy lejos, se advierte como inmensa piedra inexplicable en una zona donde no afloran otras formaciones rocosas.
La boleadora viaja, en movimiento imperceptible, por los desconcertantes tiempos del Cielo.
Si el lanzamiento de huatí es certero, algún día todo renacerá y él podrá amar a Ukái y en ella al Universo.
Nos va la vida en ello. Todos necesitamos que las Tres Marías se enlacen enamoradas en el Arco iris.
EXTRAÍDO DEL LIBRO
 “MITOS, LEYENDAS Y TRADICIONES DE LA BANDA ORIENTAL”
AUTOR: GONZALO ABELLA